De las revelaciones que lograron consolidarse el año pasado tenemos como claro ejemplo a Gryffin e Illenium, dos de los proyectos que, por su peculiar propuesta, han logrado destacar dentro de la saturada escena electrónica. Apostando por las melodías dinámicas y cadenciosas este par se ha convertido en un ejemplo a seguir para la nueva generación de productores.
La propuesta de ambos tiene tal estructura que, en su fusión, encontraron un perfecto equilibrio al cual titularon “Feel Good”, una pieza que explota el contraste entre lo acústico y lo electrónico que, con el complemento vocal de Daya, resulta en una excelente sintesis de las características del trap melódico y el future bass.