Sobre los lamentables acontecimientos del pasado lunes en Playa del Carmen los cuales dejaron un saldo oficial de cinco muertos y 15 heridos se ha dicho bastante, tanto en medios como en redes sociales, sin embargo fueron tres las versiones más comentadas. La primera: una “disputa individual“, otra afirmaba que fue un conflicto por “derechos de piso” y la tercera está relacionada con la distribución y el consumo de drogas dentro del BPM.
Ésta primera versión fue, si no la oficial, la que más sentido cobró durante en análisis de los hechos para los departamentos gubernamentales pertinentes, lo cual llevó al gobierno municipal de Solidaridad, localidad donde se encuentra Playa del Carmen, a tomar la decisión de cancelar indefinidamente todos los festivales de música a realizarse dentro de ese territorio. Acción que da a entender a toda audiencia que la música (no solo la electrónica) es la culpable de lo sucedido.
No podemos hacernos güeyes ante este problema. Tristemente desde el siglo pasado la escena musical se ha visto envuelta en infinidad escándalos de drogas y mafias que han manchado la reputación de varios eventos y comunidades a nivel internacional, estamos conscientes de ello, sin embargo el prohibir esta clase de eventos no es una solución, por el contrario, esto solo implica mirar hacia el lado contrario y pretender que con esa acción no se repetirá.
El gobierno municipal de Cristina Torres Gómez se ha lavado las manos al adjudicarle a un evento extranjero la culpa de los hechos, por no querer enfrentar ni hacerse responsables de un problema de seguridad que pervive tanto en nuestro país como en su municipio las consecuencias las terminaron pagando los inocentes. ¿A quién se responsabiliza entonces por los actos tras la aparición de mantas en las que grupos de delincuencia organizada se adjudican el ataque, al BPM todavia?
“Culpar festivales de música y la vida nocturna no es una solución a los problemas que se han repetido en este país y en el mundo.”
-Blue Parrot a través de su comunicado oficial–
No existe un “único culpable”, el adjudicarle exclusivamente a la música electrónica la culpa por los problemas de drogas es igual de irracional que decir que el reggaeton o la música de banda por sí misma causa embarazos no deseados o asesinatos respectivamente. Otro ejemplo muy sonado es la relación que existe entre el reggae y la marihuana, no todos los que lo escuchan la consumen, pero no por ello hay que dejarnos llevar por la idea de que ninguno lo hace. Todas las escenas musicales, por ser un espacio de esparcimiento y que da “libertad” a sus seguidores están a la merced de actos tan infames como el que oscureció el brillo de Playa del Carmen el pasado lunes 16 de enero.
Entonces, ¿qué puede hacer la escena musical al respecto?, el reducir los indices de estos acontecimientos no aislados es una tarea colectiva en la que todos tenemos una responsabilidad, en sus tesis de la Libertad Rousseau plantea que tanto libertad y los derechos de uno, como ser vivo, terminan donde empiezan los del otro, esta es una idea que, si bien no se ha tomado directamente de la obra del pensador, pervive dentro de la sociedad no solo en los eventos musicales sino que conforma su idea de “convivencia” seiendo el espacio un parque, un centro comenrcial y hasta la propia casa. El uso de estupefacientes es una decisión que se toma individualmente, sin embargo las productoras de conciertos y festivales legales al rededor del mundo han tomado una postura bastante estricta en contra del uso dentro del espacio sonde se da lugar su evento.
Insisto, esta es una tarea que nos incumbe a todos los que conformamos la cultura musical, tarea de los artistas al no utilizar su influencia sobre los espectadores para la utilización de drogas, de los organizadores para plantear medidas efectivas que disminuyan en mayor numero el consumo dentro de los festivales, así como de nosotros como asistentes el denunciar ante los elementos de seguridad toda actividad relacionada con el consumo y distribución de estupefacientes en los eventos y, al tiempo en que nostros cumplimos nuestra parte, exigir a las autoridades que de la misma manera solucionen con acciones que sí sean inteligentes para evitar, en la medida de lo posible, más tragedias.
México se ha vuelto una capital musical y este año tendremos eventos de talla internacional que harán que el mundo tenga puesta su mirada sobre nosotros, y en nosotros está el impedir que nuestros eventos se sigan siendo manchados por acciones como las ocurridos en Playa del Carmen.