Un fin de semana bajo el cielo eléctrico

El Autódromo Hermanos Rodríguez siempre me ha parecido el lugar perfecto para un festival de música; ya sea indie, rock, pop, electrónica o una bella mezcolanza de ellos. Llegué a las 13:30 horas los dos días, o sea, 30 minutos antes de que comenzaran a tocar en los distintos escenarios porque tenía un stand y debía preparar todo.

Haciendo el recorrido inicial para ubicar los puntos de interés general, me di cuenta que había activaciones de patrocinadores aún sin terminar (típico del mexicano, aunque todos digan lo contrario) pero en general, ¡todo lucía extraordinario! El sueño que se había gestado en la mente de cada uno de los asistentes por los diferentes videos, aftermovies y fotografías publicadas estaba a minutos de convertirse en realidad y, por consecuente, transformaría la escena electrónica en México.

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Por extraño que parezca (sí, no debería de parecer raro pero en México sucede), el Mayan Art Car donde tocó puro talento nacional, estuvo repleto de personas en cada set; desde que empezó la fiesta con Rodnoiz vs. Ruller hasta que cerró José Spinnin Cortés. ¿Por qué me pareció extraño? Porque en los conciertos que solemos frecuentar cada dos semanas empieza la rechifla y los vasos de cerveza vuelan por los aires porque los YOLOescuincles, como diría Trino, ya no quieren escuchar al warm-up.

Mi mayor intriga era ver a los asistentes y sorprenderme si la mayoría usaba disfraces y/o atuendos fuera de lo común o deprimirme si los veía ataviados en colores fluorescentes y con las típicas gorras, “Sorry Mom” y “YOLO”. Afortunadamente, gran parte de los participantes utilizaron el concepto que un festival de esta magnitud ofrece y se atrevieron a utilizar disfraces y vestimentas inusuales que convirtieron la primera edición de Electric Daisy Carnival México en una pasarela multicolor.

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Mi itinerario incluía darme una vuelta por los cuatro escenarios entre los dos días o partir mi ser en mil pedazos y disfrutar un poco de todo. Sinceramente no pude completar ni el 50% de mi recorrido y pasé gran parte de mi tiempo en el Kinetic Field escuchando a un Kaskade bastante tranquilo y un Axwell más relajado de lo acostumbrado, sin mencionar que perdí al crew en Bingo Players y recorrí todo el EDC buscándolos. Audien, Borgore y Showtek, desde mi punto de vista, tuvieron los sets más prendidos del día y el público causó un gran estruendo aplaudiendo, bailando y brincando sin parar.

A-Trak demostró su talento, Gorgon City supo prender al público y The Bloody Beetroots utilizó su maestría y diversidad para hacer lo propio en Circuit Grounds, así como Stefano Noferini y Loco Dice en Neon Garden. Creo que en el Mayan Art Car la competencia estuvo más reñida porque los nacionales se lucieron uno tras otro frente a su gente, quien los ovacionó y bailó sin parar. Sigo creyendo que Showtek tenía la fuerza para hacer bailar el Kinetic Field por 60 minutos más y culminar el primer día de una manera espectacular, además de que tuvieron dos de los tracks más sonados: Booyah y We Like To Party.

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Nada es perfecto en la vida, pero EDC México estuvo a nada de ser la gloria eterna pero el polvo y la falta de alfombras ocasionaron una terracería catastrófica. Seguramente si fuiste parte de la Experiencia EDC, el bañarte y sonarte estos dos días así como el quitarte los tenis fue todo un ritual para liberarte de la tierra. No, no hubo otra opción que un mortal eligiera.

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Para el segundo día del festival, algunos cansados y otros más preparados, me di cuenta que la multitud comenzó a llegar después de las 17:00 horas dispuestos a aguantar el polvo (no quedaba de otra) y bailar como si no hubiera mañana (afortunadamente fue puente). Mi aventura comenzó con Branchez en Circuit Grounds, y continuó con TJR, fantástico como siempre, en el Kinetic Field.

Headhunterz contagió el hardstyle a los más chavitos que parecían emular al Chavo del 8 en sus mejores épocas, y DJ Snake hizo lo similar con más de uno añadiendo el singular toque hip-hopero que lo caracteriza. Los food trucks tenían interminables filas que se comparaba con la espera de 60 minutos que la Galáctica ofrecía. Sunnery James y Ryan Marciano tuvieron el mejor set que les he escuchado, el cual les concedió las palmas de las 25,000 personas que eran parte del imponente y espectacular búho traído directamente desde Las Vegas, Nevada.

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La producción, iluminación, visuales, láseres, más de 100 performers y acróbatas que recorrieron la mágica atmósfera creada por Pasquale Rotella (fundador de Insomniac), cobraron vida al ser omnipresentes en cada rincón del recinto. No dabas más de 30 pasos sin encontrar a un artista, alguna decoración o activación que hacían transpirar felicidad por toda la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez.

Krewella no me convenció del todo si comparo su set y presentación en México con la de su similar en Orlando, donde vi a Yasmine y Jahan con mayor actividad y presencia en el escenario. Steve Angello fue amo y señor de la noche al saber elegir los tracks que alentarían una mágica noche en la Ciudad de México. No pudo existir cierre más épico que su ID (Children Of The Wild) con el que erizó la piel de miles y lo convirtió en uno de los memorables de la primera edición de EDC México.

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La decisión era complicada. Por un lado tenías a Avicii y su típico movimiento con la mano derecha, por otro al señorón John Digweed, y por último al incomparable y único, Boys Noize. Por cuestiones de logística y amor, me quedé en Avicii que por primera vez escuché tocar más tiempo del prometido (digo 7 veces en 10 meses y nunca escucharlo un minuto más de lo programado) con un set que posiblemente pocos entendieron.

Tal vez uno de los más consentidos y preferido por la fanaticada mexicana es Tim. El mismísimo que inundó Santa Fe en octubre pasado, repitió la hazaña dentro del búho que inspiraba a la felicidad a pesar de la bipolaridad que sus ojos presentaban (los del ave). Observar a miles de personas cantar a todo pulmón y corear “Hey Brother”, “I Could Be The One”, “Levels” y “Wake Me Up”, al que yo considero el cántico/himno YOLO, me hicieron confirmar el por qué México es ya una de las capitales del EDM en el mundo.

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Electric Daisy Carnival México tuvo un debut perfecto al ingresar 45,000 almas por día, tener una producción, iluminación, pirotecnia, visuales y performers de primer nivel, así como a los mejores headliners que alguien pudiera imaginar. Seguramente la edición 2015 nos traerá más sorpresas y nos dejará sin palabras.