Foto cortesía de Mario Calderón
El viernes 4 de septiembre, el Teatro Metropolitan fue testigo de una multitud bastante nostálgica pero alegre debido a que el grupo de rock mexicano, División Minúscula daría por última vez en el Distrito Federal un concierto para volver al estudio a terminar su nuevo material discográfico.
Todo aquél que entraba al Teatro llevaba una sonrisa en la cara y en su mayoría llevaban camisetas o sudaderas con alusivas a la banda; algunos desafortunadamente no pudieron entrar porque llegaron a última hora a la taquilla por un boleto pero horas antes de su presentación la banda logró sold out.
Los encargados de empezar a poner en ambiente el lugar fue la banda fLIP Tamez, proyecto alterno del guitarrista de la banda mexicana, Jumbo. Me llevé con la sorpresa que varios de los que ya se encontraban adentro (el lugar seguía casi vacío debido al mal clima) ya coreaban canciones de la banda con su cerveza en mano. Si no los conoces como yo lo hacía en ese momento puedo decirles que es una nueva y gran opción para disfrutar de nuestro talento mexicano.
El momento más esperado había llegado, las luces se apagaron y una manta roja con el logo de División se desdoblaba, los integrantes de División Minúscula subieron al escenario, unos acordes empezaron a sonar, todavía sin saber cuál canción sería la que daría inicio a la noche, hasta que su vocalista, Javier Blake comenzó a cantar “Veneno es antídoto (S.O.S.) ” y como era de esperarse la gente empezó a bailar y brincar en sus asientos. Era inevitable, por lo menos más de uno recordará sus años dorados de pubertad (en su mayoría los asistentes estaban en sus 20’s algunos ya en sus 30’s) . Al terminar el líder agradeció el sold out que había logrado la banda.
Pudimos escuchar extractos de sus álbumes pasados (División y Sirenas) hasta que fue momento de “Señales” que el mismo Javier Blake la menciono como “a esas personas que ya no están aquí, a los amigos que se fueron” , lo cuál logró un momento muy emotivo.
La banda, siguió con “Nuestro Crimen” que fue de las más coreadas por las tres mil personas que se encontraban en el Metropolitan, todo parecía ser perfecto hasta que Javier Blake hizo una pequeña confesión “Sabes que ya estas viejo cuando se te olvida la letra de tus propias canciones, lo bueno es que están ustedes para cantarla con nosotros.” y empezó a tocar “Cazador de sueños” donde el público tuvo que ayudar al vocalista en varias ocasiones.
Regresamos a la época de “Defecto Perfecto” con “Cada Martes” donde nuestras memorias adolescentes de secundaria o prepa seguían llegando de golpe, cuando fue turno de “Extrañando Casa” muchos cantaban a gritos la canción, probablemente saben que ser adultos es más dificil de lo que sonaba.
Después Javier agarró una guitarra acústica, donde muchos pedían a gritos, literalmente “Préstame tu Piel” y así fue. No fue la única versión acústica de la banda tuvimos la oportunidad de escuchar “Cansado de Pedir Perdón”, “Cursi” y “Casa de Cristal”, a mi parecer, la mejor de toda esta ronda acústica.
Ya con un mood bastante cursi, fue turno de “Sognare” y “Humanos Como Tú” donde los abrazos, besos y llamadas telefónicas era lo que podíamos ver a nuestro alrededor.
Si ya teníamos los recuerdos a flor de piel cuando fue turno de “Simple” las personas que iban acompañadas con sus amigos cantaban, brincaban y los que seguían con sus cervezas brindaban por aquellos buenos tiempos de amistad.
El público quería escuchar canciones de los inicios de la banda pero la banda creyó que tres canciones iban a ser más que suficiente, sin embargo, “Las Luces de Esta Cuidad” fue muy bien recibida y coreada como se merecía.
Para despedirse, Javier hizo la presentación de la banda y dijo lo agradecido que estaba por tener a unos fans tal leales y llegó una de las canciones más por el público “Sismo”, como era de esperarse, el Metropolitan vibraba con los saltos y los gritos de los fans
“Si esto no es un sismo entonces me rindo, no sé qué es”, Javier y compañía describían de forma correcta la situación a ritmo de “Sismo”, pues el vibrar de la música combinado por los saltos que recibía el piso del Metropolitan daban la sensación de que el lugar temblaba.
No podía faltar el clásico “otra, otra” y los integrantes volvieron a salir para regalarnos “Altamar”. Una vez más la banda quería seguir extendiendo su gratitud hacia su público “Gracias por seguirnos desde hace tantos años, y gracias por estar aquí. Nos vemos pronto.”, dijo Javier Blake mientras le aplaudía a su público.
Con “Voces”, el increíble concierto que duró poco más de 150 minutos vio su fin para volver a casa.
No solo pude notar lo entregados que son los fans de División Minúscula sin importar edad o brecha generacional y la banda tiene mucho material que ofrecer que hace que sea un show imposible de perderse.