Y así, después de 365 días de espera, el festival más grande y conocido de música electrónica en el mundo, Tomorrowland, llegó a su fin tras 40 horas de música durante tres días y una fiesta previa que duró cerca de 12 horas en el campamento adjunto al festival.
Con un mal sabor de boca de mi primera visita a Tomorrowland en 2013, las expectativas eran menos elevadas que hace dos años y conocía detalles que me ayudarían a prevenir situaciones de catástrofe. Además, siendo mi noveno festival del año, es bastante difícil armar una agenda y/o horario de artistas por ver.
Los grandes nombres acapararon el main stage, sin embargo, los más de 350 DJs que se presentaron en el festival brindaron sets repletos de adrenalina, vibrantes beats y emociones al límite. Para este 2015, Tomorrowland presentó 17 escenarios tematizados y/o curados para todos gustos, géneros y ambientes predilectos. Desde DJs acaparando un escenario hasta importantes marcas haciendo dinámicas para atraer la mayor atención sin perder el fundamento del festival: la atmósfera y música por encima de todo.
Una presentación imperdible fue la Orquesta Sinfónica de Bélgica el domingo a las 14:00 horas en el main stage, que marcó un parteaguas en Tomorrowland y encajó a la perfección con la temática musical que este año presentó el festival más poderoso de ID&T y SFX Entertainment.
Como cada año, las expectativas son inimaginables por la magnitud del escenario, el cuál desde hace media década se ha convertido en el atractivo principal del festival y ha fijado el estándar del festival por encima de la gran mayoría de eventos en el mundo. El reino secreto de Melodía, como se tituló esta edición, edificó un inmenso castillo musical que mostró profundos detalles y transformó la tierra del mañana en el hogar de las mágicas criaturas musicales.
El castillo contó con ventanas, cascadas, fuentes y monstruosas edificaciones que le brindaron identidad a la nueva edición y lo diferenció de sus antepasados. El rey del reino secreto de Melodía se hizo presente con un altar y su trono en lo más alto del castillo donde también se ondearon banderas.
No existe punto de comparación entre los demás festivales y el favorito de todos; Tomorrowland es una majestuosa experiencia que vale la pena vivir y que te hace disfrutar cada inversión realizada en él. Big room, deep, house, hardstyle, techno, progressive, trance convergen a pocos metros de distancia en cada escenario y son paradas obligatorias del festival. Conocer cada uno de los escenarios destaca como una de las mayores atracciones del festival.
Yo destacaría la cultura musical que se ha mantenido tanto en Bélgica como en los Países Bajos que convoca tanto a chicos como grandes en beneficio de la buena música. No es de extrañarse bailar con alguien que te dobla o triplica la edad, es parte de la vivencia que debes experimentar y disfrutar.
La pirotecnia y los láseres que acompañaron a los diferentes escenarios alrededor del festival estuvo planificada a la perfección y causó un estruendo nocturno repleto de colores que explotaban al ritmo de la música. Sin duda, otro gran atractivo del festival son los espectáculos de pirotecnia que eclipsan la noche.
La lluvia, como signo distintivo de Bélgica, no faltó durante los tres días del festival y Boom, la ciudad donde se realiza el festival, se pintó de azul con impermeables desechables (ponchos) que formaron un mar azul alrededor de Tomorrowland. Eso sí, a pesar de las incesables lluvias el ambiente y ánimo de los asistentes no cambió por nada ni un segundo.
La opción es disfrutar al máximo cada momento, distribuir de manera correcta las energías durante los tres días y nunca dejar de bailar, brincar y cantar a todo pulmón. No importa si no conoces al DJ, si no tienes idea del género y/o de la temática, adéntrate y concéntrate en la música para aprender algo nuevo. Tomorrowland te brinda una de las experiencias más nutridas y diversas en el mundo de la música que claramente te dejará un aprendizaje. Recuerda: ¡Siempre hay una primera vez para todo!
Pocas veces un festival llega al unísono tantas veces y en diferentes escenarios, sin importar la nacionalidad, raza, sexo o preferencia sexual, todos son uno mismo compartiendo una experiencia única en la vida que vale la pena vivir. Durante las últimas horas de cada día, el gran escenario convoca a más de 50,000 personas en un luminoso ambiente que causa furor y se entona al ritmo de los DJs más populares de la industria.
Sin duda, Tomorrowland demuestra año con año que el festival continúa creciendo y desafiando los límites establecidos cada año. Con su expansión territorial, el mágico mundo del mañana revive grandes y épicas hazañas que han escrito la historia del festival. Siguiente parada: TomorrowWorld.